La Ansiedad es una respuesta evolutiva y adaptativa que tiene nuestro organismo para enfrentar un peligro. Esto es, a lo largo de millones de años hemos desarrollado, al igual que otras especies, un repertorio de conductas para sobrevivir. Imaginémonos hace unos miles de años enfrentados a un depredador. Para sobrevivir tenemos dos opciones: luchar o huir. Para ambas, el organismo se prepara. Inmediatamente aumenta la tasa cardíaca, segregamos adrenalina,  echamos mano de las reservas energéticas disponibles, aumenta la tensión sanguínea... Y enfrentamos el peligro. En la actualidad nuestro nicho ecológico ha cambiado. Vivimos en ciudades, no hay depredadores y los peligros son diferentes. No obstante, los cambios como especie, evolutivos, llevan miles de años. Nuestra reacción ante un peligro actual, o algo que imaginamos como tal, es exactamente igual que ante el depredador del ejemplo anterior. Esta respuesta era adaptativa en el contexto en que se desarrolló. Sin embargo ahora se convierte en un problema (estrés, ataque de pánico, ansiedad generalizada...) dado que el peligro (imaginado o real) no desaparece, no se le puede combatir de la misma manera: problemas laborales, de pareja, estudios... Pueden elicitar, provocar, esta respuesta que nos prepara para la lucha/huida.Al no desaparecer el peligro, el organismo mantiene de manera más o menos constante la respuesta para combatir el peligro.Entramos en un estado de alerta continuo, un consumo máximo de energía... Por ello terminamos agotados, insomnes, irritables... Y puede dar paso a otra reacción del organismo, la Depresión, como último recurso para sobrevivir: una forma radical de "echar el freno", evitando el desgaste que conlleva la activación continua de la ansiedad. Una respuesta que en origen era adaptativa se convierte en problema, en desadaptativa. Es el momento de consultar a un especialista y poner fin a la misma. Descubrir la manera en que afrontamos las dificultades y aprender nuevas formas de manejo de los problemas puede ayudar a eliminar el exceso de ansiedad, el estrés... Un correcto entrenamiento puede hacer desaparecer los ataques de pánico...